viernes, 10 de octubre de 2014

El consejero de Sanidad de Madrid, Máster en bocazas

Javier Rodríguez
No es dificil que un político o alguien vinculado a un gobierno local, autonómico o nacional meta la pata, o salga algo de su boca sin sentido alguno. En eso estamos más que acostumbrados. Lo peor es que, además de eso, se crean premios Nóbel de inteligencia aun haciendo el ridículo y se queden tan contentos.

En este caso el premio al bocazas del día, aunque tiene un historial que no tiene nada que envidiar a otros políticos, es para el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Francisco Javier Rodríguez Rodríguez. Y es que en los tiempos que corremos, y más con el asunto del virus del ébola que hay en entre manos en España, alguien así debería estar encerrado de por vida, no en la cárcel, sino en un hospital psiquiátrico. Para decir tonterías mejor quedarse en su casa calentando su trasero sin necesidad de moverse.

Pero mientras una enfermera, que había tratado con un enfermo de ébola, se haya entre la vida y la muerte por este mismo virus, otros, como el susodicho personaje, solo hace que escupir más virus de su queridísima bocaza con frases como esta dedicadas, en exclusiva, hacia Teresa Romero: "Tan mal no debía estar para ir a la peluquería". El "bueno" de Paquito Javier parece que nunca ha estado enfermo, algo que se vería normal ya que a ver qué microbio tiene el santo valor de meterse en ese cuerpo con la de tonterías que puede llegar a tener en su interior, y con ganas de ser expulsadas por ese agujero excretor de palabras.


Francisco Javier RodríguezNo contento con ello, el amigo Javier, erudito donde los haya aunque haya sido médico cirujano, habla así de la colocación del traje protector contra el virus: ""Para explicar cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta un máster". Seguro que en la mente de todos están la ganas de verlo ponerse y quitarse el traje protector y ver si ha entendido o no cómo hay que colocárselo. Y al mínimo error, por muy pequeño que haga, gritarle con todas las ganas: "¡Así no se pone, berzotas!". Podéis tranquilizarlos y guardar las antorchas, eso no va a ocurrir.

Pero al contrario que la Ministra de Sanidad, Anita Mato, el consejero de Madrid no se ha callado a la hora de comentar de si habría dimisiones o no, y ha soltado otra de sus perlas: "Si tengo que dimitir, dimitiré. No tengo ningún apego al cargo, soy médico y tengo la vida resuelta". Para conocer un poco más al consejero de Sanidad, veamos la "carrera profesional" que tiene Francisco Javier Rodríguez.

Licenciado y Doctorado en Medicina y Cirugía. Médico Especialista de Medicina Interna. Médico Especialista de Nefrología. Catedrático de Patología General de la Facultad de Medicina Complutense. Vicedecano de la Facultad de Medicina. Jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. A partir de 1983 comienza su carrera política como concejal de Las Rozas y Presidente del Partido Popular de la misma localidad. Fue consejero de Telemadrid entre 1995 y 2001. Diputado de la Asamblea de Madrid desde 1987 desde la segunda Legislatura. Portavoz de Sanidad del Grupo Popular. Miembro de la Junta del Partido Popular de Madrid y de la Comisión Regional y Nacional del Partido Popular.

Vamos, que es cierto, no tiene apego al cargo aunque Rodríguez haya estado y esté en varios cargos desde la época en que Manuel Fraga bailaba muñeiras encima de la mesa de Alianza Popular mientras era nombrado presidente Congreso tras Congreso.

Francisco Javier Rodríguez Rodriguez, Ana Mato
Para poner la guinda a este "pastel" de personaje, hay que recordar que Francisco Javier Rodríguez tiene una buena mancha en su impoluto expediente que se remonta a enero de 1990 en el hospital Gregorio Marañón. En febrero de ese año fue expedientado por la dirección del hospital por la denominada noche negra. La noche del 22 al 23 de enero, las urgencias de este hospital se colapsaron al tener que atender a la friolera cifra de 420 pacientes. Esa noche dos personas murieron en urgencias por falta de atención médica. Uno tras permanecer cinco horas en urgencias sin ser atendido. El otro paciente apareció muerto en una camilla sin que se supiera cuando se produjo el fallecimiento, según los partes médicos de ambos hombres.

En todo ese caos estaba el amigo Paco, en aquel momento jefe de la unidad de hipertensión del hospital Gregorio Marañón y ya diputado del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, que estaba de guardia en esa fatídica noche. Sus excusas fueron que como médico que prestaba servicios en urgencias, no tenía ninguna responsabilidad en la noche del 22 de enero. La otra fue que ese día su guardia comenzaba a las tres de la tarde, cuando esos pacientes ya habían fallecido. Si apostamos qué hubiera hecho Ana Mato en aquel momento seguro que estaría todo muy claro, callarse y pasar el muerto a otro.

Y al igual que ella, desde ese momento hasta el actual, el médico y político Francisco Javier Rodríguez ha tenido tiempo para poder seguir perfeccionando sus excusas. Con sus particulares frases que nos han dejado a todos ojipláticos y boquiabiertos. Se podría decir que es algo muy habitual en el Partido Popular, pero es que no se salva ninguno de los partidos políticos que tenemos en España.

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