Esta vez ha sido en Madrid. Políticos y miembros independentistas de partidos y organizaciones separatistas en Catalunya han desfilado por la capital de España acompañando a Francesc Homs al Tribunal Supremo. Todos marchando hacia el juzgado, según sus palabras, en nombre de todos los catalanes.
Consultemos el diccionario y busquemos por la V hasta llegar a la palabra déjà vu. Dice lo siguiente: Sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se está produciendo por primera vez. ¿Es posible que lo que ha pasado el 19 de septiembre de 2016, en el que un miembro del Govern independentista de Catalunya fuera camino de los juzgados acompañado de sus colegas, haya ocurrido alguna vez anterior o hayamos vivido algo parecido? Respuesta: Sí. No lo hemos soñado.
Un político independentista de Catalunya, Francesc Homs. Un grupo de amigos, colegas, compañeros de partidos y de fiestas independentistas andan tras él erguidos y con el pecho henchido. Alguno ya ha pasado por esta situación y le gusta recordar estos "buenos" momentos. Una perfomance ya estudiada que ha vuelto a sacar a pista al circo independentista en busca de más protagonismo. Todos camino del Tribunal Supremo. Todos en nombre del 9N y la consulta soberanista. Todos en nombre de Catalunya aunque la gran mayoría de sus habitantes no quieren saber nada de ellos. Toda Catalunya arrastrada al Tribunal Supremo.
Ninguno da un paso atrás, ninguno se hace a un lado. Nadie quiere perderse este momento y todos quieren salir en la foto aunque tengan que asomar la cabeza por detrás de los hombros de alguien, como se ha visto en algún momento. ¡Qué gran grupo! Todos a una como Fuenteovejuna. Ni los de la película "300" lo hubieran hecho mejor. Homs el primero cual sustituto de Moisés. Con una frase grabada a fuego: "declararé ante el Tribunal Supremo en nombre de Catalunya". Esta acción provoca que los catalanes se avergüencen, escondidos tras una cortina como Rita Barberà, por quienes dicen ser sus representantes en España y Europa y que, en realidad, solo representan a unos cuantos: los independentistas.
Tras la declaración, de nuevo, todo está estudiado, hasta la última palabra. Titulares seguros por parte de Francesc Homs y su séquito separatista para regalar a los medios de comunicación: "La sentencia ya está cantada", "volveríamos a hacerlo", "La decisión del Govern estaba entre seguir el mandato del pueblo de Catalunya". Artur Mas hablando de que esta situación va a acabar con la democracia y de que seguirán el camino que ya tienen marcado.
Con ellos, la Consellera de Governació Meritxell Borràs, la Consellera de Agricultura Meritxell Serret, la portavoz del Govern independentista, Neus Munté; el president del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull, la dirección en pleno del PDC, el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, del que habló Homs a mediados de junio al decir que "cada vez entiendo menos a la ANC" y que "hay muchas cosas que me cuesta de entender". Pero ahí estaba Sánchez, hombro con hombro. Presentes también, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart. Joan Tardà, los líderes de Demòcrates Toni Castellà y Marta Vidal, y el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Todos ellos se han tomado el día libre en el trabajo para ir a apoyar a su amigo. Un día libre, por supuesto, que no será descontado de sus nóminas.
Mientras, Catalunya sigue su destino hacia no se sabe dónde. Arramblada y envuelta en cadenas en manos de los independentistas. Siendo cada vez más desprestigiada y humillada allá donde estos aparecen, sea en Madrid o en Europa. Nadie les recibe pero ellos se dan por recibidos. Nadie los apoya fuera de sus círculos pero ellos son autoproclamados elegidos y salvadores de la patria. El Gobierno de España no respira. Los catalanes apenas se mueven y los independentistas aprovechan ees vacío para atacarles, insultarles y menospreciarles. Haciendo caso a lo que dijo Carles Puigdemont: "Expulsemos de Catalunya a los invasores". Catalunya está al borde del abismo y ellos de fiesta.
Con ellos, la Consellera de Governació Meritxell Borràs, la Consellera de Agricultura Meritxell Serret, la portavoz del Govern independentista, Neus Munté; el president del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull, la dirección en pleno del PDC, el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, del que habló Homs a mediados de junio al decir que "cada vez entiendo menos a la ANC" y que "hay muchas cosas que me cuesta de entender". Pero ahí estaba Sánchez, hombro con hombro. Presentes también, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart. Joan Tardà, los líderes de Demòcrates Toni Castellà y Marta Vidal, y el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Todos ellos se han tomado el día libre en el trabajo para ir a apoyar a su amigo. Un día libre, por supuesto, que no será descontado de sus nóminas.
Mientras, Catalunya sigue su destino hacia no se sabe dónde. Arramblada y envuelta en cadenas en manos de los independentistas. Siendo cada vez más desprestigiada y humillada allá donde estos aparecen, sea en Madrid o en Europa. Nadie les recibe pero ellos se dan por recibidos. Nadie los apoya fuera de sus círculos pero ellos son autoproclamados elegidos y salvadores de la patria. El Gobierno de España no respira. Los catalanes apenas se mueven y los independentistas aprovechan ees vacío para atacarles, insultarles y menospreciarles. Haciendo caso a lo que dijo Carles Puigdemont: "Expulsemos de Catalunya a los invasores". Catalunya está al borde del abismo y ellos de fiesta.
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