martes, 21 de marzo de 2017

Los hooligans son los padres

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De nuevo, el mundo de fútbol, ese que se hace llamar deporte y es seguido por millones de aficionados en todo el planeta, vuelve a bajar la cabeza. Sonrojado, avergonzado, sin palabras. Ofuscado por una serie de insurrectos que hacen del fútbol y sobre todo del fútbol base una pelea de gallitos para ver quién es el papá más valiente. Final del encuentro, no hay ganador, los únicos perdedores en todo esto son los niños.

Día del Padre, ¿o deberíamos llamarlo día del Mal Padre? Habría que preguntar a los salvajes, llámense progenitores, que el domingo pasado en Mallorca protagonizaron una bochornosa escena en un partido de fútbol infantil entre el Alaró y el Collerense. El asunto a discutir no ha sido qué niño pateaba el balón para meter un gol en la portería contraria y convertirse en el héroe del equipo. El tema ha resultado ser el ver qué padre coceaba mejor la cabeza de otro para transfigurarse en el campeón de la vergüenza

Mientras los prehistóricos padres daban mamporros a diestro y siniestro, en la otra parte, el césped, el verdadero campo de batalla del deporte, los niños miraban atónitos a aquellos que a diario dicen sentirse orgullosos de ser padres. No es la primera vez que pasa y, por desgracia, tampoco será la última.

violencia, padres, mallorca, fútbol base, niños, fútbolLa pregunta que queda en el aire es ¿qué siente un niño en el terreno de juego al ver todo esto? Alex Porqueras, miembro del Consell Esportiu de L'Hospitalet y de la Federació Catalana de Fútbol lo da a conocer un post titulado de igual manera que la pregunta, en su blog de valores y virtudes en el deporte. Comparte, además, un video en el que unos niños explican cuál es su sentimiento ante esta situación tan dantesca. 

Los que, en teoría, deberían ser los auténticos ejemplos de enseñanza de valores, respeto, responsabilidad y educación hacia sus hijos, tanto en la vida como en el deporte, para que estos se conviertan en personas de provecho en un futuro no muy lejano; son los que a la hora de la verdad demuestran que les importa bien poco aquello que dicen enseñar, los que se pasan esos valores por el forro de los pantalones. 

¿Deberíamos considerar el fútbol, en este caso el fútbol base, como deporte de riesgo viendo las salvajadas que cada fin de semana se producen en los campos de juego? ¿Deberíamos reflexionar y pedir a la Real Federación Española de Fútbol que este deporte deje de serlo como tal y convertir la violencia en las gradas en el nuevo deporte nacional de España y de otros países, en el que apostar en las quinielas por el padre más salvaje?

A aquellos que este día y otros fines de semana muestran y demuestran la estupidez extrema, les felicito. Se han convertido en la vergüenza de los hijos y de la familia. Para los que se crean superiores considerándose los Mike Tyson del fútbol, recordarles que esta es otra forma de hacer bullying a un niño. Sus hijos se lo agradecerán cuando sean más mayores. Gracias por ser mal padres.

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