Que los ciudadanos de a pie, los que nos sentamos embobados frente a una pantalla, nos enteremos de las noticias a través de los medios de comunicación, es algo muy normal. Pero que miembros del Gobierno digan que saben lo mismo que nosotros sabemos no es que sea grave, es que resulta patético.
Alto, claro y transparente, de las pocas veces que lo hace. Así ha sido la Ministra de Sanidad del Gobierno de España, Ana Mato. La responsable del Ministerio de Sanidad, de la que dependemos todos los españoles y parte del extranjero, dice que se entera por los medios de comunicación del estado de salud de la enfermera contagiada por ébola. Bravo Anita, bravo. Tienes un Ministerio que no sabes para lo que sirve.
¿Para qué tanto funcionario si es por los medios por donde se entera de lo que está ocurriendo con el tema del ébola en España o cómo se encuentra la enfermera Teresa Romero? Por suerte, parece ser que está mejorando y que se le va a dar un tercer tratamiento. Y no gracias a las indicaciones de Anita Mato y sus colegas, para nada. Gracias a los profesionales sanitarios que sin tener apenas ni idea del protocolo están haciendo todo lo posible para salvar su vida. Y es que los conocimientos que les han dado a estos han sido al estilo de las reuniones de tupperware, las que hacían nuestras madres al juntarse en el salón con las amigas, intentar venderles hasta los bolígrafos sin tinta y cotillear de las que no estaban presentes. Algo así pero peor.
¿Para qué tanto funcionario si es por los medios por donde se entera de lo que está ocurriendo con el tema del ébola en España o cómo se encuentra la enfermera Teresa Romero? Por suerte, parece ser que está mejorando y que se le va a dar un tercer tratamiento. Y no gracias a las indicaciones de Anita Mato y sus colegas, para nada. Gracias a los profesionales sanitarios que sin tener apenas ni idea del protocolo están haciendo todo lo posible para salvar su vida. Y es que los conocimientos que les han dado a estos han sido al estilo de las reuniones de tupperware, las que hacían nuestras madres al juntarse en el salón con las amigas, intentar venderles hasta los bolígrafos sin tinta y cotillear de las que no estaban presentes. Algo así pero peor.
Además, la buena de la Mato, para quedar más en ridículo delante de los medios de los que tanto se informa, la mujer se pone "gallita". Como si esto no fuera con ella dice ahora que no admite que se cometa un error en estos casos. Ministra, el primer error es ponerla como "alguien" para hacer algo en el Gobierno. Ni siquiera tiene idea de Sanidad, ya que es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.
Para no quedarse ahí dice que todo el material usado en el tratamiento del ébola cumple el protocolo. Si es así, no entiendo por qué al médico que trató a Teresa en el Hospital de Alcorcón, el traje de protección le venía corto de mangas. ¿Tal vez el sastre de turno estaba de vacaciones y tuvieron que buscar uno de urgencias?. Si se cumplía el protocolo, cómo es posible que nadie se diera cuenta que, posiblemente, se había tocado la cara con un guante. ¿Nadie vigilaba tal como redacta el protocolo de la OMS por si hay errores, caídas o toca algo?
Tal vez el protocolo no estaba escrito para España. Anita Mato quiso hacer de este país ejemplo no solo en Europa sino en todo el mundo, para que siguieran el método de cómo se debía tratar el ébola. Menos mal que a este gobierno no se lo creen mucho, no hicieron caso y cada uno siguió con lo suyo.
Tal vez el protocolo no estaba escrito para España. Anita Mato quiso hacer de este país ejemplo no solo en Europa sino en todo el mundo, para que siguieran el método de cómo se debía tratar el ébola. Menos mal que a este gobierno no se lo creen mucho, no hicieron caso y cada uno siguió con lo suyo.
Si aún ha querido sentirse alguien importante en el asiento del Ministerio de Sanidad, no se le ocurre otra cosa que insistir en enviar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos.
Por si a alguien no le ha quedado claro, y no es por repetir, ha hecho
lo siguiente: enviar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos. ¿Es
que podemos estar tranquilos tras ver en rueda de prensa cómo ha pasado
la pelota a Mercedes Vinuesa y Antonio Alemany, cuando la preguntaban por posibles dimisiones tras el fiasco ocasinado? Ella, muy sutilmente, y entre dientes le daba la vez a Vinuesa, y con cara de pensadora nata agarraba el bolígrafo disimulando escribir algo en los papeles que tenía encima de la mesa. O estaba apuntándose el nombre de los periodistas o estaba haciendo la lista de la compra, para después poder pedirla a través del ordenador del Ministerio.
Por mucho que este personaje intente hacer algo bien, no lo hace. Por mucho que intente tranquilizar a la población de que todo está bajo control, lo único que ha producido con sus silencios y meteduras de pata es poner más en alerta a los ciudadanos de España. Por mucho que intente aconsejarnos, sinceramente, se prefiere hacer caso del protocolo de la vecina para no pisar el suelo fregado que hacer caso de Anita.
Unos consejos, vete de vacaciones a Eurodisney con todos los gastos pagados y ya sabes por quien, monta una fiesta en tu casa que aún te quedara confeti de las fiestas anteriores, o haz como Thelma y Louise y desmelénate con la capota bajada del Jaguar del que tampoco sabes nada pero que lo viste cada día en el portal de tu casa. Harás un gran favor no solo a la Sanidad sino, también, a la Humanidad. Por tu salud y sobre todo por la nuestra.
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