Hoy en día los corruptos, vengan del ámbito que vengan, no se tienen que machacar mucho la materia gris que puedan dentro de esa cosa esférica que tienen encima de los hombros. No hay más que leer un poco los periódicos y ver que todos dicen las mismas frases. Parece como si ese día todos hubieran ido a la misma clase, desde luego, de corrupción.
No será el último ni tampoco ha sido el primero, pero el "tarjeta opaca" consejero de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, se cree que nos ha tomado por el pito del sereno. Cualquier cosa que diga piensa que nos la vamos a comer con patatas y sin líquido con que tragarnos las mentiras. Se piensa que con poner cara de Dinio, personaje que fue "pareja" de Marujita Díaz, por entrar un poco en el mundo del cotilleo, y soltar por ese escupidor de palabras frases cortas y repetitivas, nos va a convencer, tanto a la ciudadanía como a la Justicia, que es un hermanito de la caridad.
También hay que ver el escudero de Ildefonso, Jesús Castrillo, cómo defiende a capa y espada a su cliente aunque por dentro sepa perfectamente que miente como un bellaco. De alguna manera se tiene que ganar su dinero. Al término de la declaración de Barcoj, Castrillo dijo que "no hay nada que ocultar". Que todo lo que Ildefonso usó la tarjeta solo para "gastos de trabajo" o de "gastos de representación".
Veamos qué tipo de gastos de trabajo o de representación tuvo el coleguita Ildefonso cuando la "tarjeta opaca" cayó en sus manos desde el primer momento. No se dará a conocer todos los gastos porque la gran mayoría ya sabe lo que se cuece en la olla de la corrupción de Caja Madrid, y necesitaríamos más de un blog para esto. Solo lo más significativo en "gastos de trabajo". Es hora de abrir los ojos y contemplar los que nos quiere colar el gran consejero.
Su primer "trabajo" con la tarjeta fue comprar en Decathlon de Alcobendas (Madrid) el 2 de enero de 2003 a las 12:07 del mediodía, gastando 13,98 euros. Minutos después usó la tarjeta en Aki 114, tambien en Alcobendas, una tienda de jardinería y bricolaje, por un valor de 8,74 euros. Los días posteriores le siguieron compras de libros, fruta, ropa, pasteles, entradas por internet, bebidas, perfumería, muebles, pizzas, gasolineras, ferretería, zapatos, alquiler de automóviles y mucha, mucha comida comprada en supermercados, Hipercor era uno de los que más recibía la ilustre compañía de Idelfonso.
Por si eso fuera poco, o una de dos, o el gentil de Sánchez Barcoj podía estar en dos lugares a la vez, el ismo día a la misma hora, minuto y segundo; o se multiplicaba por dos e incluso por tres. Tal vez no nos hemos dado cuenta que Sánchez Barcoj es un mago, además de un mago para hacer desaparecer dinero en poco tiempo.
Miremos algunos ejemplos. El 8 de enero de 2003 a las 16:06:03, el bueno de Ildefonso paga con la tarjeta dos entradas vía internet, 12,20 euros cada una, y la comida en un restaurante de la empresa Melpum. S.L. por valor de 49,40 euros. Un segundo después de esto, sí, un segundo después, paga en la perfumería Bodybell por un importe de 88,65 euros.
Otro día impactante y agotador de mucha "representación" fue el 25 de enero de 2003 a las 15:32:52. En ese momento justo paga 40,02 euros en una gasolinera, en Supermercados Allgolf por 11,35 euros, en Consum Vergel por valor de 49,24 euros y en una ferretería por 9,80 euros. Tal vez alguien lo entienda, pero no es muy creíble que Ildefonso Sánchez sea Supermán o Flash Gordon para poder ir tan rápido de un lado para el otro.
El abogado de Barcoj, Jesús Castrillo, también ha gritado a los cuatro vientos intentando defender lo indefendible: "Miren los viajes que se pagaron, todo eran gastos de trabajo". Podemos imaginar también que durante el mes de agosto de todos estos años, también tuvo "gastos de trabajo" en todos los restaurantes, bodegas, hoteles y peajes varios. Sí, Ildefonso tuvo que tener mucho "trabajo" para ir de un lado para el otro en vacaciones, fuera solo o en compañía.
Como él bien dijo: "La tarjeta era para compensar los gastos que soportaba". Sudor y lágrimas para intentar devolver 484.200 euros. Mal lo ha tenido que pasar el pobrecito que tenía una retribución de 2,5 millones de euros anuales y una tarjeta de empresa para gastos relacionados con su actividad de 9.000 euros al mes.
¿Estamos seguros que son 86 consejeros de Caja Madrid los que a costa de todos los españoles, se gastaron el oro y el moro, o hay familiares y amigos implicados que han estado disfrutando de los lujos de tener una tarjeta opaca gratis? Si Ildefonso Sánchez Barcoj y los demás corruptos se creen que los españoles nos chupamos el dedo, lo llevan claro. La gente no es idiota.
Veamos qué tipo de gastos de trabajo o de representación tuvo el coleguita Ildefonso cuando la "tarjeta opaca" cayó en sus manos desde el primer momento. No se dará a conocer todos los gastos porque la gran mayoría ya sabe lo que se cuece en la olla de la corrupción de Caja Madrid, y necesitaríamos más de un blog para esto. Solo lo más significativo en "gastos de trabajo". Es hora de abrir los ojos y contemplar los que nos quiere colar el gran consejero.
Su primer "trabajo" con la tarjeta fue comprar en Decathlon de Alcobendas (Madrid) el 2 de enero de 2003 a las 12:07 del mediodía, gastando 13,98 euros. Minutos después usó la tarjeta en Aki 114, tambien en Alcobendas, una tienda de jardinería y bricolaje, por un valor de 8,74 euros. Los días posteriores le siguieron compras de libros, fruta, ropa, pasteles, entradas por internet, bebidas, perfumería, muebles, pizzas, gasolineras, ferretería, zapatos, alquiler de automóviles y mucha, mucha comida comprada en supermercados, Hipercor era uno de los que más recibía la ilustre compañía de Idelfonso.
Por si eso fuera poco, o una de dos, o el gentil de Sánchez Barcoj podía estar en dos lugares a la vez, el ismo día a la misma hora, minuto y segundo; o se multiplicaba por dos e incluso por tres. Tal vez no nos hemos dado cuenta que Sánchez Barcoj es un mago, además de un mago para hacer desaparecer dinero en poco tiempo.
Miremos algunos ejemplos. El 8 de enero de 2003 a las 16:06:03, el bueno de Ildefonso paga con la tarjeta dos entradas vía internet, 12,20 euros cada una, y la comida en un restaurante de la empresa Melpum. S.L. por valor de 49,40 euros. Un segundo después de esto, sí, un segundo después, paga en la perfumería Bodybell por un importe de 88,65 euros.
Otro día impactante y agotador de mucha "representación" fue el 25 de enero de 2003 a las 15:32:52. En ese momento justo paga 40,02 euros en una gasolinera, en Supermercados Allgolf por 11,35 euros, en Consum Vergel por valor de 49,24 euros y en una ferretería por 9,80 euros. Tal vez alguien lo entienda, pero no es muy creíble que Ildefonso Sánchez sea Supermán o Flash Gordon para poder ir tan rápido de un lado para el otro.
El abogado de Barcoj, Jesús Castrillo, también ha gritado a los cuatro vientos intentando defender lo indefendible: "Miren los viajes que se pagaron, todo eran gastos de trabajo". Podemos imaginar también que durante el mes de agosto de todos estos años, también tuvo "gastos de trabajo" en todos los restaurantes, bodegas, hoteles y peajes varios. Sí, Ildefonso tuvo que tener mucho "trabajo" para ir de un lado para el otro en vacaciones, fuera solo o en compañía.
Como él bien dijo: "La tarjeta era para compensar los gastos que soportaba". Sudor y lágrimas para intentar devolver 484.200 euros. Mal lo ha tenido que pasar el pobrecito que tenía una retribución de 2,5 millones de euros anuales y una tarjeta de empresa para gastos relacionados con su actividad de 9.000 euros al mes.
¿Estamos seguros que son 86 consejeros de Caja Madrid los que a costa de todos los españoles, se gastaron el oro y el moro, o hay familiares y amigos implicados que han estado disfrutando de los lujos de tener una tarjeta opaca gratis? Si Ildefonso Sánchez Barcoj y los demás corruptos se creen que los españoles nos chupamos el dedo, lo llevan claro. La gente no es idiota.
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